Pero esta tecnología tiene el problema que los tiempos de recarga son altos, por lo que deberíamos olvidarnos del concepto de “gasolineras” como sitios donde podemos ir a recargar de energía nuestro vehículo. Sería casi obligatorio llevar el coche a casa o un parking y dejarlo conectado un montón de horas.
Pero esto podría quedar atrás con el avance hecho por unos estudiantes del MIT, que han descubierto como lograr tiempos de carga y descarga de segundos en lugar de horas. Lo hacen modificando el estructura de la superficie de la batería, de forma que los iones de litio se puedan mover mucho más rápido.
De este modo, en menos de 20 segundos se puede recargar completamente la batería, con el añadido de que este cambio en la superficie hace que la vida útil de la batería se alargue, ya que su estructura no se degrada tan rápidamente. Además, permitirá crear baterías más pequeñas y ligeras.
Se calcula que en un par o tres de años esta tecnología podría estar en el mercado, aunque ya tienen un prototipo construido y varias empresas a las que se ha licenciado este método para que lo implementen en sus productos.
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