La primera, todo el hardware es diferente de lo ya visto en otros ultraportátiles. No me refiero a características como tal, sino a los propios fabricantes: microprocesador de 64 bits, 900 MHz. de STMicroelectronics, gráfica de Silicon Motion SM502 de sólo 16 MB, y más en general, pantalla de 10 pulgadas con resolución de 1.024×600 puntos, 512 MB de memoria RAM, WiFi b/g, red Ethernet, lector de tarjetas y la característica llave USB de la que ya hablamos hace tiempo, la G-Key.
La G-Key viene a ser una memoria USB, un pendrive con capacidades de 8 o 16 GB que actúa como disco duro del sistema, haciendo las veces de dispositivo de seguridad (sin la G-Key no se podrá encender el equipo) y de sistema de almacenamiento. Es una idea que no se había visto antes en el mercado doméstico, y que además hace que el equipo no tenga un disco duro interno.
La segunda característica es que todo el software es libre, encontrando una distro Linux Mandriva desarrollada específicamente para este ordenador y para el funcionamiento de la G-Key. Junto con Mandriva viene todo tipo de software libre, muy utilizado en los sistemas Linux y que cubrirá la gran mayoría de necesidades del consumidor medio: suite de ofimática, programas de mensajería instantánea, clientes de correo electrónico, navegadores web… todo libre, en muchas ocasiones incluso de código abierto.
El precio inicial del dispositivo será de, como mucho, 400 dólares, aunque yo soy de la opinión de que llegará a los 350-399. No se ha dado una fecha de lanzamiento concreta, aunque es posible que podamos tenerlo en el mercado en los próximos meses, al menos en Estados Unidos. En España parece que aún tardaremos en poder verlo, si es que algún día nos llega.
El Emtec Gdium Liberty 1000 es una extraña apuesta, basada en el uso de componentes desconocidos para la mayoría pero con un precio a la par que otros ultraportátiles habituales, y ésto corre en contra de Emtec. La idea de la G-Key puede tener su gracia en el conjunto de usuarios con conocimientos medios-avanzados, aunque no le veo bastante sentido para el mercado más doméstico y con un conocimiento limitado.
Para el sector doméstico considero que hay otras opciones más interesantes, ya que además de que este tipo de usuarios puede ver complicaciones en el funcionamiento del sistema (tanto de Linux como del particular sistema de almacenamiento), los componentes no son los ideales para ofrecer confianza suficiente al comprador. Si a esto le sumamos que el Gdium Liberty 1000 vale lo mismo que otros ultraportátiles (salvo tal vez los Sony Vaio P), le veo un futuro demasiado complicado. Interesante, pero arriesgado y muy complicado.
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